Hace ya tiempo que teníamos muchas ganas de visitar este restaurante con estrella michelin. Habíamos escuchado muy buenas críticas y queríamos comprobar en paladar vivo sus exquisiteces.
Finalmente el pasado septiembre tuvimos la oportunidad de celebrar nuestro aniversario de boda comiendo por todo lo alto. Esta vez se trataba de una celebración diferente ya que nos acompañaba la pequeña Emma de apenas 5 meses y medio. Todo un reto. Las expectativas eran altas y sin duda el menú que elegimos, el menú presentación, las superó con creces.
Adecuaron el menú para mi mujer, pues con la lactancia materna no se puede tomar alcohol, y aunque la cantidad de alcohol que tienen algunos platos es bastante baja, preferimos no arriesgarnos. También son cuidadosos con el resto de alérgias e intolerancias alimentarias por si algún comensal no puede comer algun plato muy amablemente se lo modifican.
Alta cocina al mando de Victor Quintillà, cuenta con diferentes menús degustación a elegir y una amplia carta llena de opciones para todos los gustos. También cuentan con un menú vegetal.
Local con gran ambiente y muy buena atención de principio a fin. En la sala la somellier Mar Gómez se encarga de dar una gran atención a los comensales.
Recientemente Lluerna cambió de domicilio a un local más amplio situado en la avenida Pallaresa de Santa Coloma de Gramenet a sólo unos minutos de Barcelona que además dispone de parking gratuito por unas horas.
El menú presentación, al igual que todos los menús, varía según la temporada del año. Este constaba de 2 aperitivos más 8 platos, entre ellos dos postres. Un aperitivo de olivas rellenas de zumo de naranja y campari. Luego un Mojito sólido de sabor muy refrescante. Para después dar comienzo con una ensalada de bacalao en su espuma, un soufflé de berenjena blanca ecológica para chuparse los dedos (1), un tartar de atún con caviar de AOVE (2), y el arroz con gamba de playa (3) que para mi gusto fue el plato estrella junto con el soufflé. El arroz en su punto y la gamba en estilo carpaccio, deliciosa. No hace falta entrar en detalles ya que las fotos hablan por sí solas.
El menú continúa con pescado de mercado, que en esta ocasión fue lubina salvaje con verduras de temporada y para finalizar unas mollejas de ternera rebozadas con puré. Y de postre un cremoso de queso de cabra, con helado de yogur y remolacha. ¡Qué gran combinación! Todo postre que lleve queso es siempre una gran elección. El segundo postre hace un homenaje al chocolate. No podía faltar. Una ganache de chocolate con helado de frambuesa y reducción de vino tinto.Según van sirviendo los platos, los camareros te explican los ingredientes que contiene cada plato y resuelven tus dudas encantados. Sorprende la fusión de sabores, la metódica elaboración y la cuidadosa presentación de cada plato. El tamaño y la cantidad son ideales para acabar más que satisfecho. No habíamos teminado y ya teníamos ganas de repetir.
¡Volveremos!